Un posible final para la picadura de mosquito
Un equipo de científicos estadounidenses ha identificado sustancias capaces de reducir la sed de sangre de los mosquitos. Estos compuestos engañan a los insectos y les hacen creer que han saciado su furioso apetito y disminuyen así sus ansias de picar. Los expertos sugieren que esta nueva estrategia podría suponer un antes y un después en la prevención de enfermedades infecciosas transmitidas por estos vectores.
La mala fama de los mosquitos no se debe únicamente al insufrible ruido que producen cerca de tu oreja antes de dormir, ni a el ardor después de haber padecido una de sus picaduras. Estos insectos, además, son vectores que pueden transmitir enfermedades infecciosas como el dengue, la malaria o la fiebre amarilla.
La mayor carga de estas enfermedades afecta a las poblaciones más empobrecidas pues, generalmente, se encuentran en zonas tropicales con un clima cálido y húmedo, ideal para la reproducción y el desarrollo de estos animales.
Investigadores de la Universidad de Rockefeller (EE UU) han encontrado ahora una posible solución a la trasmisión de estas infecciones a través de los mosquitos. Su estudio, publicado en la revista Cell, propone el uso de sustancias para inducir una sensación de ‘empacho’ en los insectos, bloqueando así su interés en atacar nuevas víctimas para saciar su sed de sangre.
A diferencia de los humanos, que suelen recobrar el apetito en pocas horas, los mosquitos tardan varios días en volver a tener hambre después de llenar el estómago. Este fenómeno atrajo la atención de los investigadores ya que, al menos durante un tiempo, se conseguía de alguna forma alejar a los insectos de sus ansias por picar.
El laboratorio identificó el receptor NPYLR7, responsable de si al mosquito le entraba hambre o no. Después, realizó pruebas en la respuesta de este receptor en células de cultivo con más de 265.000 compuestos para determinar cuáles lo activaban. Una vez identificaron los mejores candidatos, probaron 24 de ellos directamente en los mosquitos y encontraron los 18 que mejor funcionaban.
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